"...por una MACULINIDAD sin adjetivos..."
En la era de la descontrucción de paradigmas, la
masculinidad juega un papel protagonico en la búsqueda por la Equidad
entre Géneros, la lucha en contra del Machismo y una nueva
forma de convivencia humana.
Hoy se hace necesaria la construcción de una sociedad
diferente, tolerante y diversa que viva la inclusión sin exclusión. Una
sociedad que exija una mirada crítica y profunda a las relaciones de poder y
sus diferentes escenarios.
La masculinidad es la construcción cultural de género
que designa el rol de los varones en la sociedad.
El problema más importante con respecto a la
MACULINIDAD entendida con los roles machistas tradicionales es el encubrimiento
de estas relaciones de poder en las cuales se establecen relaciones de
subordinación de los varones hacia las mujeres. La toma de conciencia de esta
masculinidad hegemónica permite visibilizar la opresión que ejerce sobre otros
géneros sexuales, además de habilitar la posibilidad de pensar y vivir una
masculinidad libre y plural.
El sentido de poder y control constituyen los aspectos
básicos del comportamiento masculino; la sociedad impone que un hombre debe
demostrar constantemente que es un hombre. Sin embargo, “demostrar” implica que
tengo que mostrarle a los demás o a mí mismo que algo, sin lugar a dudas, es
verdad.
¿Para qué los hombres tienen que demostrar que son
hombres? ¿Para ser aceptados? ¿Para ser amados? ¿Para ser respetados? ¿No te
parece que es demasiada presión?
Dentro de los “roles” característicos que se les
asigna a la masculinidad hegemónica se encuentran: virilidad, caballerosidad,
superioridad, fortaleza, temple, competición, entre otros. Esto lleva a una
división social del trabajo desigual donde el varón tiene un lugar en el mundo
asociada a la fuerza de trabajo y la mujer al de la reproducción. Esto lleva a
ocultar el lugar de la mujer como sujeto de reproducción de las fuerzas de
trabajos y como tal, pieza clave en la reproducción de las desigualdades
creadas a partir del dominio de los varones en el sistema capitalista.
Gracias a los movimientos FEMINISTAS que día con día
promueven en todos los países la necesidad de un cambio que profundice en las
relaciones humanas, esta nueva forma de entenderse y entender el mundo es una
excelente opción para construir la paz comenzando por la pareja y la familia.
Por supuesto existe una fuerte oposición a un nuevo
tipo de hombre sensible y vulnerable, pero igualmente la feminidad se ha ido
transformando y junto con ella se comienza a vivir en un nuevo entorno libre de
prejuicios que generan exclusión, odio y violencia.
La tarea de cada un@ de nosotros consiste en vivir de
acuerdo a lo que predicamos y si queremos lograrlo debemos actuar, aquí y
ahora.
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