Hablar del Cambio climático hoy en día es reconocer que existe un grave problema mundial que afecta la sustentabilidad del planeta y daña en una u otra medida a los seres humanos, de hoy y de mañana.
Lo que poco se comenta y se informa es que, nuevamente las mujeres y los niños, son quienes más reciben los embates de los fenómenos naturales que el cambio climático ocasiona.
Según investigaciones recientes, los cambios que sufre el medio ambiente inciden directamente en la actitud que asumen de manera diferente hombres y mujeres.
El cambio climático es un fenómeno actual que tiene fuertes implicaciones en las agendas del desarrollo.
Los efectos negativos del cambio climático son aún más devastadores en las mujeres que en los hombres, y van desde mayor mortalidad por los desastres naturales a una carga más pesada en el hogar.
Un dato significativo es las mujeres no están representadas en la UNFCCC ni en el Protocolo de Kyoto, la instancia y el documento internacional que define políticas mundiales sobre el tema; pero esto no es extraño pues quienes regulan a los organismos internacionales son los mismos que no afrontan las realidades del cambio climático al defender un modelo de desarrollo brutal, impuesto a las comunidades humanas desde la Revolución Industrial, y que, en la implantación de ese modelo, las mujeres siempre quedaron al margen.
Según el experto Jyoti Parikh, la forma en que las mujeres padecen en mayor medida los embates climáticos podría significarles cargas adicionales para sus actividades agrícolas que frecuentemente realizan, especialmente en los países africanos, en donde ellas dedican más del doble de horas/trabajo que sus pares hombres, a esta actividad cotidiana. Igual en la actividad pesquera, ellas a menudo se involucran laboralmente.
Debido a los crecientes niveles del mar y a la intrusión de agua salina en los sistemas de agua fresca a causa del calentamiento global, la pesca se hará cada vez más difícil. Es importante considerar, además, que la tarea de suministrar agua y combustible para la familia es típicamente rol que corresponde a las mujeres en algunas culturas africanas, asiáticas y también latinoamericanas.
De esta forma, son ellas las que participan en mayor número (a veces en compañía de sus hijos) en estas funciones, deberían ser ellas a quienes deban estar dirigidas las políticas de apoyo internacional.
De esta forma, son ellas las que participan en mayor número (a veces en compañía de sus hijos) en estas funciones, deberían ser ellas a quienes deban estar dirigidas las políticas de apoyo internacional.
Como buena defensora de los temas de género considero que a fin de tener éxito en la creación de programas y la reducción del impacto del cambio climático, las mujeres deben ser forzosamente tomadas en cuenta. La forma en que las ellas utilizan su ambiente en comparación con los hombres, muestran como las afectan mayormente, y constituyen factor significativo en programas exitosos de cambio climático.
Además, es importante incorporar la perspectiva de género en las instituciones que trabajan en estos asuntos; es un hecho que "el género está ausente institucionalmente, en la toma de decisiones, en la semántica y en los términos financieros.
En los ciclones de 1991 que mataron a 140.000 personas en Bangladesh, 90 por ciento de las víctimas fueron mujeres. En el tsunami asiático de 2004, entre 70 y 80 por ciento de las muertes también fueron femeninas.
Luego del huracán Katrina de 2005 en Estados Unidos, las mujeres negras, que formaban parte de la población más pobre de los estados afectados (los sudorientales Alabama, Louisiana, Mississippi), enfrentaron los peores obstáculos a su supervivencia, según la Organización de las Mujeres para el Ambiente y el Desarrollo (WEDO, por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York.
El Informe de Desarrollo Humano 2007, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señaló que las mujeres resultan particularmente afectadas por el cambio climático porque constituyen la mayor proporción --alrededor de 70 por ciento-- de la población pobre. Amy North, investigadora en temas de género, educación e iniciativas para la reducción de la pobreza mundial en el Instituto de Educación de la Universidad de Londres, dijo a IPS que el cambio climático también exacerba las desigualdades de género existentes, con un efecto devastador sobre la calidad de vida de las mujeres y niñas pobres.
En muchas partes del mundo, ellas son las responsables de recolectar agua y leña.
Como estos recursos se vuelven más escasos debido a que las lluvias son cada vez más erráticas, ellas deben perder más tiempo en ir a buscar esos insumos y recogerlos, lo que reduce el tiempo del que disponen para participar en actividades económicas o asistir a escuelas, explicó North.
Las mujeres también son las principales productoras de alimentos, aportando 70 por ciento de la mano de obra agrícola en África subsahariana, por lo que son particularmente afectadas por el menor rendimiento de los cultivos, agregó.
Los problemas de salud asociados con el cambio climático --y que incluyen un aumento de las enfermedades originadas en la mala calidad del agua y asociadas con las inundaciones-- a menudo hacen que mujeres y niñas tengan que asumir una mayor carga (en el hogar), dado que se requiere que cuiden a sus familiares enfermos.
Estos serán temas clave en los debates que se desarrollarán en una conferencia organizada por la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas a realizarse en los póximoa Foros Mundiales en que estos temas sean analizados en busca de futuras soluciones.
Sin duda alguna la mujer dejo de ser el sexo debil y para ser el sexo que lo aguanta y que lo puede todo..
ResponderEliminarEn este mundo donde la cultura de la equidad no ha sido explotada la naturaleza una vez mas en su lucha por ser respetada es capaz de arremeter sin querer contra aquellos que podrian marcar la diferencia.
Excelente aportación.
Ana Vargas
Sin lugar a dudas una muy pertinente aportación donde vivimos en esos cambios climáticos, y en donde el principal cambio que debería darse, no se ha dado aún, que es la equidad, me parece que todavía increíble que haya personas que en pleno siglo XXI puedan tacharnos del género débil, cuando se ha demostrado todo lo contrario y me pregunto: ¿Qué más pruebas necesitan?, acaso no somos iguales, no podemos pretender cosas mejores...
ResponderEliminarComo siempre una excelente aportación, un beso.
Teodora.
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE
ANA
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.
José
Ramón...
Pienso que no es bueno caer en contradicciones creadas por nuestros mismos patrones culturales. Que si la mujer es el sexo débil o no, no es el asunto a resolver. Existen hombres fuertes y débiles, existen mujeres fuertes y débiles. Sabemos que la generalidad nos presenta una figura humana femenina, preparada fisiológicamente, psicológicamente y emocionalmente para una defensa y sobrevivencia de la especie con mayor alternativas de éxito. El papel que desempeñan la mayoría de las mujeres en la sociedad viene dado por las exigencias de la dinámica socio-cultural que se muestra en las tendencias de esa misma dinámica. El asunto a atender es que el binomio hombre-mujer, mujer-hombre debe ser estudiado desde su equidad, tomando en cuenta la reciprocidad obligada pues el uno no puede ser sin el otro.
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