Si un avión ingresa en nuestro campo visual, como un punto ínfimo en el horizonte, el hombre lo notará primero que la mujer"
El
sentido de la vista es igual en todos los seres humanos, pero en nuestra
historia profunda los hombres y las mujeres hemos desarrollado pequeñas
diferencias a lo largo de nuestra evolución, y hoy, gracias a las nuevas
tecnologías, es posible encontrar esas diferencias que igualmente definen
algunas de nuestras acciones.
En
días recientes algunos medios publicaron un estudio que muestra algunas
similitudes y diferencias entre la forma que los humanos percibimos el mundo y
los objetos que éste contiene...
Según
esta investigación llevado a cabo por
investigadores en Estados Unidos, los ojos de los hombres son más sensibles a
los pequeños detalles y a los objetos que se mueven a gran velocidad, mientras
que las mujeres son mejores a la hora de distinguir colores.
Isaac
Abramov, profesor de Psicología del Brooklyn College, realizó dos estudios en
paralelo para determinar estas diferencias.
En
uno de ellos, les presentó a los participantes una muestra de un color
determinado y les pidió que lo describieran empleando una serie de términos
específicos.
Así,
Abramov y su equipo descubrieron que los hombres describían el color que tenían
en frente en otros términos, en comparación con las mujeres.
"Ambos
ven el azul como azul, pero qué porcentaje de rojo ven en el color difiere si
el individuo es hombre o mujer", le dijo Abramov a BBC Mundo.
De
ahí se explica por qué las mujeres son mejores cuando se trata de combinar
colores o de buscar tonos similares entre sí.
Y
aunque suene a broma, si lo que le hace falta en la casa son unos almohadones
que hagan juego con el tapizado del sofá, una mujer tiene más posibilidades de
llevar a cabo la tarea con éxito que un hombre.
Otro
estudio se concentró en cómo cada género percibe los detalles y las imágenes
cambiantes.
Los
hombres detectan los detalles, por mínimos que sean con más facilidad.
"Por
ejemplo, si un avión ingresa en nuestro campo visual, como un punto ínfimo en
el horizonte, el hombre lo notará primero que la mujer", explica el
investigador.
"O
si una persona tiene tendencia a volverse miope con el tiempo, si es hombre,
tardará más hasta que necesite usar lentes".
¿Por
qué estas diferencias?
Las
hipótesis son varias y todas son dan lugar a debate, dice Abramov.
"Una
explicación posible es que en el cerebro se encuentran receptores de la hormona
masculina, la testosterona. Y la mayor concentración de esta hormona está en la
parte superior del cerebro -la corteza cerebral- que es la principal zona
visual", señala.
"¿Por
qué esta región del cerebro es tan sensible a la testosterona, también es una
cuestión de especulación", agrega.
Otra
teoría está relacionada con la evolución. Los hombres, en su rol de cazadores,
evolucionaron las facultades que les permiten divisar a la distancia una presa
o un animal que representa una amenaza con mayor precisión, mientras que las
mujeres perfeccionaron sus capacidades para mejorar su desempeño como
recolectoras.
Abramov
deja en claro que todas estas diferencias son leves y que afectan el aparato
visual en su nivel más primario.
Sin
embargo, al ser una diferencia biológica, no es posible entrenar al ojo para
"mejorar" en lo que hace peor.
No
obstante, esto no afecta la percepción -al menos en lo que se sabe hasta el
momento- ya que ésta se nutre de muchos otros factores, como la educación, la
memoria o el interés.
El
científico resalta que una de las lecciones más importantes -en un sentido
práctico- de su investigación, es "que cualquier estudio basado en la
biología debe incluir entre sus sujetos a un número significativo de hombres y
de mujeres, porque si no corres el riesgo de que tus resultados sean parciales
en favor de un género o del otro".
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