
Antes de analizar los impactos que tiene la violencia doméstica en los hijos, se debe establecer claramente que la violencia dentro de la familia no es algo natural, no está en las características biológicas de ser hombre o mujer, no está en los genes y no es una enfermedad. También se deberá tomar en cuenta que la violencia que sufren las mujeres y los niños en el seno familiar, corresponde a una forma de educación que debe ser modificada.
La violencia familiar va desde maltrato infantil hasta el ultraje y abuso sexual en contra de los hijos y/o la esposa generalmente. Un alto porcentaje de asesinatos se cometen en contra de los mismos miembros de la familia.
Los niños crecen víctimas viendo y sufriendo violencia; la viven en el hogar y la escuela, la ven en la televisión y en el cine, algunas investigaciones realizadas en Estados Unidos revelan que más de la mitad de los niños en el nivel de primaria se han peleado alguna vez con algún compañero o compañera; más los hombres que las niñas.
Un alto grado de la violencia social se inicia con violencia en el hogar, siguiéndose un patrón en el que el padre es autoritario y abusa de su poder ante sus hijos y esposa, y usa su fuerza física para controlar y castigar a sus hijos.
Este es un fenómeno que no disminuirá mientras no se modifique la estructura de poder autoritario por parte de los padres, y se cambie por un poder compartido y equitativo. Esto implica una relación de respeto y tolerancia entre la pareja para educar a los hijos bajo estos principios.
Sin duda educar a un niño marcando los límites entre lo que es correcto y permitido y lo que es incorrecto y no permitido requiere de definir claramente lo que se desea lograr con sus hijos, sin excederse ni traspasar una pequeñísima línea que marca la diferencia entre una medida de disciplina y el abuso infantil.
Hasta el día de hoy, todos los padres y madres del mundo han tenido que recurrir de un modo u otro a la utilización del castigo en sus distintas formas al educar a sus hijos. El castigo por parte de un padre que suele ser cálido y amoroso, es mucho más eficaz que el de un padre frío y distante. La firmeza a la hora de instituir reglas y aplicarlas es también una variable importante; cuando se es firme se obtiene más éxito a la hora de imponer un castigo.
No existen indicios importantes de que el castigo aplicado por padres amorosos disminuya el afecto que sienten sus hijos por ellos, sin embargo, el castigo físico debe de evitarse, pues además de herir los sentimientos del niño, puede ser el camino de inicio del abuso infantil.
El castigo.
Algunos especialistas señalan algunas objeciones sobre el castigo físico; principalmente opinan que un castigo violento provoca actitudes violentas por parte de los niños, además de que los resultados pueden dar un resultado contrario. Proponen también algunos otros castigos que consideran más pertinentes como un buen regaño (sin insultos) o también la suspensión de permisos o beneficios del niño:
Un alto grado de la violencia social se inicia con violencia en el hogar, siguiéndose un patrón en el que el padre es autoritario y abusa de su poder ante sus hijos y esposa, y usa su fuerza física para controlar y castigar a sus hijos.
Este es un fenómeno que no disminuirá mientras no se modifique la estructura de poder autoritario por parte de los padres, y se cambie por un poder compartido y equitativo. Esto implica una relación de respeto y tolerancia entre la pareja para educar a los hijos bajo estos principios.
Sin duda educar a un niño marcando los límites entre lo que es correcto y permitido y lo que es incorrecto y no permitido requiere de definir claramente lo que se desea lograr con sus hijos, sin excederse ni traspasar una pequeñísima línea que marca la diferencia entre una medida de disciplina y el abuso infantil.
Hasta el día de hoy, todos los padres y madres del mundo han tenido que recurrir de un modo u otro a la utilización del castigo en sus distintas formas al educar a sus hijos. El castigo por parte de un padre que suele ser cálido y amoroso, es mucho más eficaz que el de un padre frío y distante. La firmeza a la hora de instituir reglas y aplicarlas es también una variable importante; cuando se es firme se obtiene más éxito a la hora de imponer un castigo.
No existen indicios importantes de que el castigo aplicado por padres amorosos disminuya el afecto que sienten sus hijos por ellos, sin embargo, el castigo físico debe de evitarse, pues además de herir los sentimientos del niño, puede ser el camino de inicio del abuso infantil.
El castigo.
Algunos especialistas señalan algunas objeciones sobre el castigo físico; principalmente opinan que un castigo violento provoca actitudes violentas por parte de los niños, además de que los resultados pueden dar un resultado contrario. Proponen también algunos otros castigos que consideran más pertinentes como un buen regaño (sin insultos) o también la suspensión de permisos o beneficios del niño:
Regaños y reprimendas. Estas pueden ser desde recomendaciones verbales de desaprobación, leves o ásperas, con voz fuerte o un grito; una crítica contraria al elogio estimulante que recibe el niño cuando sus acciones son normales.
Suspensión de permisos y premios. Se debe tener establecido con anticipación cuál será el castigo que se aplicará a ciertas conductas no deseadas: no ver la TV por x número de días, salidas con sus amigos o actividades sociales, paseos en familia (cuando el niño es pequeño). El aislamiento y la exclusión debe manejarse con mucho cuidado sobre todo si el niño es aún pequeño.
Se debe de tener cuidado de la forma en que se aplican los castigos, y dependiendo de la edad de los niños, cada castigo debe ir acompañado de una reflexión racional de los motivos que los llevaron (al niño) a una situación de castigo y regaño. También considerar que en la medida en que se repitan los castigos una y otra vez, el desgaste se manifestará en la baja de eficiencia de los castigos frecuentes.
Tipos de violencia
1-Actos violentos menores: lanzar un objeto, empujarlo, jalonearlo, abofetearlo o azotarlo.
2-Actos violentos severos: patearlo, golpear con el puño, pegarle con un bate, un palo u otro objeto, amenazas con un cuchillo o arma de fuego.
Índices de violencia: violencia globa (es la más frecuente), violencia severa y violencia muy grave.
Hola, Interesante Post, yo creo que sin Abusar, una nalgada siempre ayuda!!! Con tanta información que a diario reciben nuestros Hijos Ahora resulta que no los puedes ni tocar y se te ponen al tu x tu... El amor ante todo y siempre estar al pendiente de su comportamiento... Saludos!!!
ResponderEliminarQuerida amiga, ante un tema tan complejo te felicito, los problemas de violencia siempre vienen desde el origen de nuestra educación.
ResponderEliminarHay quienes supimos enfocarlos hacia querer mejorar y hay a quienes les habrá ganado la rabia y amargura y se convirtieron, convierten y convertirán en un grave problema para la sociedad.
El gran problema de la educación de los hijos es y serán los padres hay quienes creen que lo solucionan Si NO se divorcian nunca cuando tal vez lo mejor sería lo contrario ya que viven como perros y gatos y desquitándose con los hijos.
Hay quienes creen que lo solucionan con su “mano dura”, hay quienes lo resuelven al contrario les dan toda SU LIBERTAD para que aprendan a volar solos y se despreocupan por lo demás es lo moderno y más cómodo.
En fin amiga, es un largo camino que recorrer para concientizarnos y tener visión cuando educas a un infante.
-
ResponderEliminarQuerida Ana:
Lo que más me ocupa en cuanto a éste tema es que hay jóvenes que crecen en éste espiral de violencia, cada vez más grave, porque piensan que esa es la única forma de vivir que existe, sin embargo, creo que nos corresponde tanto a autoridades como sociedad civil y empresas, empezar a coordinar esfuerzos duraderos y de largo alcance y hacer llegar nuevas y diferentes oportunidades a todos nuestros niños, jóvenes mexicanos.
Gracias una vez más por compartir
María