Cada sexo juega con una baraja de cartas evolutivas distintas...Cierto?
Según esta célebre antropóloga norteamericana, eso lo explica todo. O casi.
Desde la perspectiva de la evolución, nada ha sido más importante que la supervivencia de las crías humanas, algo a lo que se han dedicado las mujeres de todos los tiempos, culturas y lugares del planeta.
Es esa responsabilidad ancestral la que genéticamente nos ha hecho como somos. ¿Y cómo somos?
Pues de una pasta distinta que, miren por dónde, se está convirtiendo en un tesoro para desenvolverse y triunfar en la nueva sociedad del conocimiento y la información.
Las habilidades sociales femeninas, las lingüísticas, sus dotes para el trato y el consenso, así como su mayor flexibilidad mental, juegan hoy a favor de las mujeres.
Si unimos esos talentos innatos a la actual posibilidad de recibir formación, nos encontramos ante la female supremacist.
En su libro El primer sexo, Helen Fisher contradice los principios del feminismo clásico y avisa, sin acritud, de que el tiempo juega a favor de las mujeres.
El cambio es inevitable.
¡Tanto pelear para esto! Ahora resulta que la mujer nace, no nos hacen...
A las únicas a las que no ha gustado mi libro son las feministas tradicionales porque están decididas a creer que hombres y mujeres son definitivamente iguales. Y eso no es verdad.
Lo sorprendente de sus tesis es que utiliza para exaltarnos los mismos argumentos que históricamente usaron para reducirnos...
Los datos científicos que aporto sobre el cerebro, las hormonas, la genética, son nuevos, muy posteriores a los primeros planteamientos feministas de
los años sesenta.
Los hombres han creado un mundo en el que paradójicamente sus dones naturales, a diferencia de los de las mujeres, son cada vez más prescindibles. ¿Un regalo involuntario?
[Risas] El hombre ha producido toda la técnica, y eso ha favorecido a todos.
Si la educación y la cultura no bastan para neutralizar el efecto de los estrógenos, ¿nos está diciendo que la paridad es imposible?
No creo que veamos un mundo en el que el 50% de mujeres sean mecánicos y el 50% de hombres sean nurses. La naturaleza no nos ha hecho iguales...
Ya, pero ¿la misma explicación que vale para nuestro desinterés por las bujías -justificadísimo- vale también para explicar la escasez numérica en la política?
La mujer ansía más el poder en la edad madura, cuando baja el nivel de estrógenos y sube el de la testosterona. Y cada vez hay más mujeres de mediana edad en el mundo.
En esta liga lo pueden bajar y leer:
http://es.scribd.com/doc/30781751/Fisher-Helen-El-Primer-Sexo
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