Cada año ocurre lo mismo: El día 8 de marzo debo de dar mil y un explicaciones sobre este día de reflexión que no termina de ser aceptado, comprendido, compartido, y a veces ni siquiera tolerado.
Cada año circulan felicitación (no entiendo la razón de la felicitación) y además vídeos, discursos, declaraciones, estadísticas, indicadores; las feministas nos rasgamos las vestiduras pero luego de unos días, todo vuelve a la normalidad.
En mis 15 años de ser activista a favor de la igualdad y la equidad de género, sí siento que ahora existe un poco de consciencia sobre la urgencia de cambiar los roles de género que han encasillado a hombres y mujeres socialmente, privándolos de la libertad de ser y hacer lo que son y desean en realidad.
Muchas mujeres en el mundo actual, principalmente las más jóvenes, muestran una renovada actitud de seguridad ante la vida y poco a poco, al moverse, escuchan y sientan las cadenas que ataron a sus abuelas y a sus madres, y deciden que NO las atarán a ellas...
Pero lo que hoy parece natural para las mujeres occidentales no lo es aún para millones de mujeres orientales y medio-orientales cuyas culturas continúan atadas al pasado; porque la libertad no llega sola, es parte central de las creencias y tradiciones que definen aún sus sistemas políticos, que a su vez, se sustentan en sus religiones y filosofías de vida.
Aún en occidente la lucha no ha terminado porque todavía se conservan una buena cantidad de paradigmas que no permiten avanzar ni en el desarrollo político y social de los pueblos, y mucho menos en las formas de vida que se mantienen en muchos hogares.
Somos eso que creemos, y si aún creemos que hombres y mujeres no deben compartir en igualdad, entonces debemos primero CONVENCER pata poder VENCER...
Las ideas de libertad y autonomía son parte de las teorías políticas que a su vez encuentran respaldo en filósofos como Kant, quien logra su síntesis de sus pensamientos con las teorías racionalista unida a la corriente empirista.
El Feminismo no es ajeno a estas ideas, pues es considerado por muchos como el hijo no querido de la ilustración y citando a la Maestra Alicia Miyares, el feminismo tiene un enfoque central en la defensa de la individualidad, por lo tanto posee un fuerte sentido liberal que no termina de ser "bien visto" en las sociedades occidentales más conservadoras.
Pero retomemos la idea de CONVENCER para poder VENCER...
En los sistemas sociales donde se vive en democracia, es mucho más simple y sencillo que las personas generen dudas y respuestas ante el entendimiento de vivir en un estado de derecho, donde la libertad de pensamiento y de acciones es un hecho real.
Esto explica por que en países con subdesarrollo político, las mujeres y los niños continúan sin gozar plenamente de una vida sin opresión, no solo política sino también social.
Las presiones sociales son igualmente opresoras y esclavizantes y aunque se logren avances económicos, la desigualdad de derechos y oportunidades entorpece el avance global de las comunidades.
Una fuerte pretensión del Feminismo es desactivar los prejuicios injustos que someten a las mujeres (aunque no son las únicas sometidas ni discriminadas) buscando una sociedad sin calificativos ni etiquetas. El feminismo busca replantear el derecho de cada persona de hacer frente a sus propias circunstancias de la mejor manera posible, dejando de aceptar que los poderes fácticos que han dominado la moralidad de la sociedad, sean los que se impongan excluyendo y deshechando a las personas sin remedio.
Una sociedad prejuiciosa, discriminativa y excluyente no tiene cabida en un mundo de progreso y bienestar.
Estas son buenas razones para CONVENCER y VENCER en el avance femenino, un avance que se ha dado con un gran desgaste para muchas activistas que han sido satanizadas por algunas mujeres temerosas al cambio y por muchos hombres incapaces de visualizar un futuro con solidaridad.
MUJERES UNIDAS, NI UN PASO ATRÁS!!!
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