De pequeña yo siempre estudié en
colegio (Católico) de puras niñas y esto me impidió enamorarme de algún
compañero de clases durante la primaria. La verdad es que moría de envidia
cuando mis vecinas, (quienes estudiaban en el Colegio Americano), me platicaban
sobre algunos compañeros (de ambos sexos) que celebraban sus “Bodas” a la hora
del recreo….
¡Que divertido!
Claro está que a los 10-años de edad, ese tipo de enlaces o bodas duraban un tiempo muy corto, no incluían una
relación sexual y se olvidaba al
día siguiente.
Todo era un juego, pasadas unas horas niños y niñas retomaban
sus rutinas infantiles
En Irán las cosas son muy diferentes.
El Parlamento iraní ha publicado
recientemente una declaración que considera modificar la ley que hoy prohíbe el matrimonio de niñas menores de 10
años, alegando que es anti-islámico e ilegal.
Uno de los Diputados ha declarado: "Debemos considerar los nueve años como la
edad apropiada para una niña que ha alcanzado la pubertad y esta calificada para casarse."
Esto es real, sucede ahora mismo en Irán
y algunos otros países islámicos.
Las niñas no tienen opción, son
educadas para ello, lo que las convierte en servidoras de un hombre que las va
a mantener el resto de sus vidas, y deberá
cuidar y atender a los hijos que ambos procreen.
Cualquier otra idea contraria a esta
inducción cultural, no es bien aceptada.
Aunque las culturas sean diferentes en
oriente y occidente, las niñas son iguales y su condición física y emocional es
muy similar; por lo que se hace importante sostener que una pequeña de 9 años
de edad, no está preparada para dar inicio a su actividad sexual; además de los
graves riesgos para su salud en el momento de quedar embarazada.
Esto es un verdadero drama pues
existen estudios que alertan sobre el peligro que corren las niñas embarazadas menores
de 15 años, aumentando cinco veces la
posibilidad de morir durante el parto.
Obligar a una niña a casarse con un hombre
mucho mayor que ella, efectivamente, legaliza las relaciones sexuales entre una
mujer menor y un hombre adulto.
También pone en peligro la integridad
y seguridad de la menor.
Muchas jovencitas musulmanas han
muerto por hemorragia como consecuencia de haber sido forzada a tener
relaciones sexuales y/o a pasar por un parto temprano.
Casarse a una edad tan joven también
priva a una chica de mejores oportunidad de estudio y educación; se le castiga con
la temprana responsabilidad del hogar y de toda una familia.
Estas prácticas surgieron cuando la
historia profunda de la humanidad recurría a acciones extremas con el fin de preservar la especie. Lo que hoy vive el mundo
es algo muy distinto y esas acciones impiden nuestra propia
evolución y avance social.
Lo sano y más adecuado es que a sus nueve
años de edad, las niñas de cualquier lugar de este planeta, pasan su tiempo en
la escuela, aprendiendo a conocerse, entendiendo
el mundo que las rodea, formando un criterio de ideas propias y haciendo realidad sus derechos como “Seres
Humanos”.
Los medios informan que durante las
últimas semanas, más de 75 niñas menores de 10 años fueron obligadas a casarse
con hombres mucho mayores.
Enfaticemos, legislar y legalizar esta
práctica significará el sufrimiento y aún la muerte de muchas más niñas
musulmanas.
Este escabroso tema trajo a mi mente la forma en que la religión católica, utilizó y utiliza aún, un sutil adoctrinamiento
que induce a jovencitos y jovencitas (algunos en edades muy tempranas) para que abandonen a sus
familias y entren a los conventos y seminarios con el fin de “Entregar su vida a Dios”
Los
niños varones católicos que acogen esta opción han tenido siempre la oportunidad estudiar y prepararse en los
seminarios; de alguna forma al llegar a
sacerdotes, adquirían una jerarquía de dignidad y poder.
Por el contrario las niñas católicas
que a edades muy tempranas aceptan ser inducidas y optan por este tipo de vida, eran (y son aún) educadas para servir a los sacerdotes o a los
intereses de la Iglesia, y su jerarquía es muy inferior a la del hombre.
La diferencia entre las niñas católicas
y las musulmanas es, tal vez, que a las segundas se les otorga un marido y la
opción de procrear hijo y tener un
hogar.
Y yo cuestiono ¿Cuál de las dos
opciones para estas jóvenes mujeres manipuladas requiere de mayores
sacrificios?
Al final, la falta de equidad y de libertad es el destino de ambas, pero aquí, nadie se
queja, ni legisla ni reclama…
Entrado el siglo XXI debemos no solo
cuestionar a los extraños, primero debemos
voltear a vernos y evaluarnos a nosotros mismos; cuestionar nuestras añejas
creencias.
El abuso, la manipulación y la
opresión no obedecen a una sola tradición o a una sola creencia religiosa.
Esta
es la hora de dejar de atentar contra la voluntad y realización de ninguna
persona, por pequeña o insignificante que sea.
Excelente artículo sobre explotación infantil, en este caso también sexual y femenina. Una vergüenza que, afortunadamente, muchos musulmanes no comparten. Un saludo Ana!
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