La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis 2010), publicada el 12 de abril de 2011 por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), reportó una grave discriminación en nuestro país, con énfasis contra la homosexualidad.
Una realidad es que lo único que nos iguala a los seres humanos es nuestra DIGNIDAD, y ésta es independiente de su sexo, su género o preferencia sexual.
Ninguna idea socialmente construida debe incitar al rechazo, e incluso la violencia contra ningún ser humano.
Cada momento histórico ha definido su propia moral y censurado las prácticas sexuales de acuerdo a sus creencias y tradiciones; pero en este siglo XXI, ninguna cultura debe estar por encima de los Derechos Humanos de ninguna persona.
Si miramos hacia atrás encontraremos que en la antigüedad por ejemplo, entre los griegos, romanos y egipcios, la homosexualidad era sólo una manifestación más de la sexualidad del ser humano, sin calificativo ni especial relevancia.
En China, la Dinastía Han (siglos II y I a. de C.) pasó a la historia como la de los emperadores homosexuales. (durante 150 años la mayoría de ellos mantuvo relaciones sexuales con varones).
En las culturas prehispánicas de México, la homosexualidad tenía distintas percepciones. Los aztecas no permitían las prácticas homosexuales y daban castigo de muerte a quien sorprendieran haciéndolo, no obstante la homosexualidad existía en esta sociedad, y era ejercida clandestinamente. Dentro de la sociedad maya, la homosexualidad, era una práctica sexual común, permisible e incluso venerada que se ejercía principalmente entre los jefes, sacerdotes y guerreros.
La era moderna y el judeocristianismo definió la situación castigo censurándolo y prohibiendo su expresión.
Hoy en día, en muchos países del mundo la homosexualidad sigue siendo penalizada o discriminada por ley.
Un objetivo de las organizaciones que luchan por los derechos de los gays y lesbianas es lograr que se reformen estas leyes discriminatorias y que se aprueben otras que protejan explícitamente la libertad de orientación e identidad sexua.
No obstante, advierten que las reformas legislativas por sí solas no resolverán las situaciones de discriminación y violencia que sufren muchas personas homosexuales, pues se basan en una homofobia generalizada que no sólo opera a través de las leyes.
La violencia homofóbica que se vive en muchas culturas cobra la vida de miles de jóvenes anualmente, incluso, perpetuada por sus mismos familiares.
Aún es muy común escuchar entre personas "educadas" que utilizan adjetivos tales como"Mariquitas", "jotos", "puñales", "mariposas", "putos", "tortilleras", "marimachos" Estas son etiquetas representativas utilizadas en la cultura mexicana para señalar a hombres y mujeres cuyos comportamientos no corresponden a su identidad de género; el portar uno de estos calificativos significa ser el blanco fácil (y merecedor) de múltiples burlas, humillaciones y agresiones que conllevan a la discriminación.
La base de la educación en la sociedad mexicana y latinoamericana en general, establece sus bases en principios conservadores que determinan estrictamente un rol de funciones a desempeñar para hombres y mujeres de acuerdo a su género. Esto repercute en actitudes de intolerancia (la noción de contar con autorización social para ejercer violencia) y marginación hacia personas cuyas características no corresponden a los estereotipos socialmente establecidos por "gente normal".
Según un estudio realizado en México, cuatro de cada 10 mexicanos no permitiría que un homosexual vivieran en su casa. Éste es el grupo con una proporción de rechazo más alta, seguidos por quienes tienen VIH o sida (35.9%), y las personas extranjeras (26.6%).
Después de los homosexuales, los grupos en los que se percibe un respeto más bajo a sus derechos fueron: migrantes; indígenas; y trabajadoras del hogar. Grupos homosexuales que comprenden una gran población lésbica en colaboración con varias instituciones sociales, han reunido esfuerzos para obtener derechos constitucionales que los protejan de la homofobia, y promulguen un ambiente de igualdad social.
La sociedad debe estar informada para comprender los cambios que en todo el mundo se han dado al respecto de la violencia homofóbica. Por falta de información, la palabra hidrofobia se puede mal interpretar como el miedo a los hombres, sin embargo, su connotación es muy distinta.
La homofobia es "el miedo irracional ante la homosexualidad", este miedo tiene diversas formas de manifestación como lo son "la repulsión hacia los homosexuales y a menudo el deseo de infligirles castigos a modo de retribución" .Como referencia deseo agragar un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Georgia condujo un experimento que involucró a 35 hombres homofóbicos y a 29 hombres no homofóbicos, medidos por el índice de la Escala de Homofobia.
Todos los participantes seleccionados para el estudio se describieron como heterosexuales. Cada participante fue expuesto a estímulos erótico-sexuales explícitos que consistían en la visualización de videocintas heterosexuales, de hombres homosexuales y algunas lésbicas. Su grado de interés sexual fue medido por un aparato que registra con precisión el comportamiento de los movimientos y reacción del pene.
Los caballeros, en ambos grupos, reaccionaron de manera similar con el video que representaba un comportamiento heterosexual así como la cinta que mostraba a dos mujeres haciendo el amor.
La única diferencia significativa en el grado de interés de los dos grupos incurrió cuando presenciaron el video que mostraba a dos individuos homosexuales en acción. "Los hombres homofóbicos mostraron un aumento significativo en la circunferencia del pene ante el vídeo homosexual masculino, mientras que los hombres no homófobicos no".
La sociedad debe estar informada para comprender los cambios que en todo el mundo se han dado al respecto de la violencia homofóbica. Por falta de información, la palabra hidrofobia se puede mal interpretar como el miedo a los hombres, sin embargo, su connotación es muy distinta.
La homofobia es "el miedo irracional ante la homosexualidad", este miedo tiene diversas formas de manifestación como lo son "la repulsión hacia los homosexuales y a menudo el deseo de infligirles castigos a modo de retribución" .Como referencia deseo agragar un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Georgia condujo un experimento que involucró a 35 hombres homofóbicos y a 29 hombres no homofóbicos, medidos por el índice de la Escala de Homofobia.
Todos los participantes seleccionados para el estudio se describieron como heterosexuales. Cada participante fue expuesto a estímulos erótico-sexuales explícitos que consistían en la visualización de videocintas heterosexuales, de hombres homosexuales y algunas lésbicas. Su grado de interés sexual fue medido por un aparato que registra con precisión el comportamiento de los movimientos y reacción del pene.
Los caballeros, en ambos grupos, reaccionaron de manera similar con el video que representaba un comportamiento heterosexual así como la cinta que mostraba a dos mujeres haciendo el amor.
La única diferencia significativa en el grado de interés de los dos grupos incurrió cuando presenciaron el video que mostraba a dos individuos homosexuales en acción. "Los hombres homofóbicos mostraron un aumento significativo en la circunferencia del pene ante el vídeo homosexual masculino, mientras que los hombres no homófobicos no".
La homosexualidad lleva en sí un estigma de rechazo, de deformación, de monstruosidad, el ser homosexual, ha tenido su significado y transformación en diversos aspectos a través del tiempo.
Son muchos los prejuicios que se deben superar ante sl situación de que algún familiar, incluso algún hijo o hija, decidan manifestar su preferencia sexual abiertamente si esta es distinta a la aceptada familiarmente; pero en el momento actual que vive la humanidad, lo único valido es reconocer los derechos de cada ser humano SIN RESTRICCIONES.
No puedo dejar de mencionar una frase de gran transcendenciapronunciada por un gran Papa: "Esos brazos abiertos de Cristo crucificado son para todos, sin excepción..." Juan XXIII
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