Las mujeres somos “muy complicadas” o por lo menos así nos lo han hecho creer nuestros compañeros varones.
La forma en que los varones perciben a las mujeres y las ideas preconcebidas que sobre ellas se establecen son muestra palpable del poco interés que muestra el hombre para con el cambio y avance de la mujer.
Las mujeres reconocemos que físicamente somos menos fuertes que ellos; esta diferencia corporal que tienen que ver con nuestra historia evolitiva y los roles que las mujeres han ejercido por milenios, ha permitido que algunos varones, al tener mayor fuerza, sean abusivos.
El abuso legendario del varón sobre la mujer ha estado presente por siglos como una sombra amenazante. Cada día se abre más el tema y conocemos sobre situaciones, no solo de abusos, sino de miles de "Feminicidios" a nivel mundial.
Ahora con la vida moderna, esta práctica ha cobrado aún mayor perversidad. Existen todavía muchos prejuicios hacia reconocer los talentos femeninos a la par que los masculinos y la sociedad no termina de aceptar que la mujer tiene el mismo derecho que el hombre de ejercer su libertad sin limitaciones absurdas, incluyendo los derechos a su sexualidad.
Los abusos no sólo son físicos, algunas las mujeres deben soportar ser reducida en sus derechos y oportunidades, salarios y dignidad.
Se ha avanzado sin duda...y mucho, se han logrado derechos legítimos, pero estos logros no han sido fáciles, ni tampoco se concretaron por la buena voluntad de los varones.
Las mujeres finalmente nos hemos “empoderado”.
El “empoderamiento femenino” no solo se refleja en el ámbito político; el “empoderamiento” es sin más preámbulos, el ejercicio del “poder” y el poder tiene un sentido “emancipador”.
Si una gran cantidad de mujeres ahora participamos activamente en la construcción de una vida distinta, es porque otras grandes y fuertes mujeres lograron romper barreras y acceder al poder, tanto en lo público como en lo privado.
El “empoderamiento femenino” no solo se refleja en el ámbito político; el “empoderamiento” es sin más preámbulos, el ejercicio del “poder” y el poder tiene un sentido “emancipador”.
Las mujeres emancipadas hemos logrado romper con la tutela paterna y la tutela marital. Las mujeres emancipadas hemos descubierto que a través de nuestras capacidades y talentos, podemos dirigir nuestras vidas y tomar decisiones sobre nosotras mismas y sobre otros.
Muchas mujeres en la actualidad, al igual que los varones, tenemos la opción de elegir nuestra forma de vida de forma autónoma, logrando ser productivas e independientes económicamente.
Este hecho marca un cambio forzoso en las relaciones de pareja: la mujer ya no se subordina al varón, ahora tiene la oportunidad de tomar decisiones y guiar su propia vida, con o sin acuerdo con su pareja.
Conforme el desarrollo económico y social de una nación permite a las mujeres ocupar más y mejores espacios, la sociedad se transforma al igual que sus formas de vida.
Los cambios culturales son muy lentos, tardan muchos años en permear y establecer nuevos paradigmas en forma definitiva; en el caso del avance femenino ya no hay marcha atrás, el flujo mediático de información y el avance tecnológico permiten hoy a la mujer dimensionar su fuerza y fortalecen su deseo de libertad.
Los varones comienzan a aceptar que aún y lo “complicadas” que son las mujeres, tienen todo el derecho de desarrollarse personal y profesionalmente mejorando su autoestima y elevando sus expectativas de vida; con ello no solo avanzarán para sí mismas; con ello estmos todas colaborando hombro a hombro con los varones, para construir un país democrático, justo y equitativo.twitter: @anashwarz
Debería ser gratificante para hombres y mujeres el saber que actualmente si estamos con alguien es por amor y no para que "nos mantengan". El respeto a las diferencias propias del género es la base para una sana convivencia
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